Para mejorar nuestro rendimiento y desempeño no solo es importante el entrenamiento, si no que también es de suma importancia tener en cuenta la recuperación, la cual consiste en llevar al cuerpo en un estado de reposo físico y mental. Hay diferentes tipos de recuperación y las dos son necesarias para poder mejorar nuestro rendimiento y evitar lesiones. La recuperación activa es la que realizamos momentos después de hacer ejercicio y se basa en: en las horas de sueño (recomendación 7-8 hrs), hacer estiramientos, ejercicios de relajamiento muscular y una alimentación adecuada, la cual es muy importante realizarla, mientras hacemos actividad física nuestro cuerpo sufre un gasto de proteínas, electrolitos, y reservas de glucógeno, este desgaste se debe de reponer para optimizar el proceso de recuperación muscular. Es por eso que se recomienda a los atletas ingerir de 10 a 25 g. de proteína en la ventana metabólica, que son los 30 minutos posteriores a hacer ejercicio, para aumentar la adaptación muscular. Esto sucede porque la formación de proteínas en nuestro organismo aumenta en las primeras horas después del entrenamiento. Y la recuperación no activa consta de un día de reposo en el cual no hay ninguna carga de entrenamiento, este tipo de recuperación es muy importante que se realice por lo menos 1 vez a la semana para permitir la restauración de nuestros músculos y eliminar la fatiga. Para tener una recuperación óptima debemos tener en cuenta los diferentes factores como la carga de ejercicio, el tipo de ejercicio, la intensidad y duración de este. Igualmente influye la condición del atleta, edad, estado de salud y su nivel de entrenamiento y por último se debe tener en cuenta todos los factores del exterior como temperatura, altura, calidad del aire, etc.
Escrito por María Abaroa